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¿Están determinados los lunares por la genética?

Los lunares son muy comunes, especialmente en personas de piel clara. Los lunares son crecimientos de células de la piel llamadas melanocitos, pero no se conocen bien los factores genéticos involucrados en su desarrollo. Aunque los lunares, como los tumores, son un crecimiento excesivo de células, casi siempre los lunares son benignos (no cancerosos). Quizás debido a que la mayoría de los lunares son benignos, los científicos no los han estudiado ampliamente y no se sabe mucho sobre su genética. Un número similar de lunares parece ocurrir en individuos de diferentes generaciones de una familia, por lo que la tendencia a desarrollar lunares parece ser hereditaria. Sin embargo, no se conoce bien el patrón de herencia.

La mayoría de los lunares ocurren en partes del cuerpo que están expuestas al sol (radiación ultravioleta), y la cantidad de lunares que tiene una persona puede aumentar después de un tiempo prolongado bajo el sol. En general, los lunares comienzan a aparecer en la niñez. Estos lunares se conocen como nevos melanocíticos adquiridos (e incluyen el subtipo de nevo epidérmico). Es común que aparezcan nuevos lunares durante los momentos en que cambian los niveles hormonales, como en la adolescencia y el embarazo. Durante la vida de una persona, los lunares pueden cambiar de apariencia. Puede crecer pelo en ellos, cambiar de tamaño y forma, oscurecerse, desvanecerse o desaparecer. Los bebés y los adultos mayores tienden a tener una menor cantidad de lunares.

En ocasiones, los lunares están presentes al nacer o se desarrollan durante la infancia. Estos lunares, llamados nevos congénitos, casi siempre son benignos. En raras ocasiones, un lunar muy grande, llamado nevo congénito melanocítico gigante, está presente al nacer. En casos raros, un melanoma, el tipo más grave de cáncer de piel, puede desarrollarse en este tipo de lunar.

Lunares grandes, irregulares y de color, llamados nevos displásicos o lunares atípicos, pueden ocurrir a cualquier edad. Aunque no son comunes, tienden a ser numerosos y aumentan el riesgo de melanoma de una persona. La herencia contribuye al desarrollo de nevos displásicos y a tener un número de lunares benignos mayor al promedio. Pasar mucho tiempo al sol también puede aumentar la cantidad de lunares de una persona. Sin embargo, a menudo los lunares se encuentran en áreas del cuerpo que no están expuestas, lo que sugiere que factores distintos a la radiación ultravioleta del sol, como las hormonas u otros procesos biológicos, están involucrados en el desencadenamiento del desarrollo de nevos melanocíticos adquiridos y nevos displásicos.

Aunque se ha estudiado ampliamente la genética del melanoma, se conoce mucho menos sobre los genes implicados en el desarrollo de lunares benignos. Las variaciones en múltiples genes, incluyendo FGFR3, PIK3CA, HRAS y BRAF, se relacionan con los lunares benignos. El más estudiado de ellos es el gen BRAF. Una variante en BRAF conduce a la producción de una proteína alterada que hace que los melanocitos se acumulen en lunares. Esta proteína alterada también desencadena la producción de una proteína supresora de tumores llamada p15 que evita que los lunares crezcan demasiado. En casos raros, las variantes del gen BRAF, junto con la pérdida (deleción) del gen CDKN2A,  provocan una falta de p15, lo que crea la posibilidad de que las células de los lunares crezcan sin control y se vuelvan cancerosas (malignas). La aparición de cáncer es cada vez más probable al combinarse con factores ambientales, como el daño celular por exposición a la radiación ultravioleta.

En aquellos individuos susceptibles (con piel clara, cabello claro, piel que se quema en lugar de broncearse, antecedentes familiares de melanoma y factores de riesgo genéticos como la deleción o variantes en el gen CDKN2A), la radiación ultravioleta de la exposición repetida al sol puede dañar los lunares, aumentando su riesgo de volverse malignos. Las investigaciones han demostrado que aquellos con una gran cantidad de lunares tienen un mayor riesgo de melanoma. Sin embargo, algunas personas diagnosticadas con melanoma tienen pocos lunares, y el melanoma a menudo se desarrolla en áreas del cuerpo que no están expuestas al sol. Los investigadores buscan identificar genes de susceptibilidad adicionales para comprender mejor la genética de los lunares y su relación con el cáncer.

Artículos de revistas científicas para información adicional (en inglés)

Plasmeijer EI, Nguyen TM, Olsen CM, Janda M, Soyer HP, Green AC. The natural history of common melanocytic nevi: a systematic review of longitudinal studies in the general population. J Invest Dermatol. 2017 Sep;137(9):2017-2018. doi: 10.1016/j.jid.2017.03.040. Epub 2017 May 18. PubMed: 28528913.            

Roh MR, Eliades P, Gupta S, Tsao H. Genetics of melanocytic nevi. Pigment Cell Melanoma Res. 2015 Nov;28(6):661-72. doi: 10.1111/pcmr.12412. PubMed: 26300491. Free full-text available from PubMed Central: PMC4609613.

Silva JH1, Sá BC, Avila AL, Landman G, Duprat Neto JP. Atypical mole syndrome and dysplastic nevi: identification of populations at risk for developing melanoma - review article. Clinics (Sao Paulo). 2011;66(3):493-9. PubMed: 21552679. Free full-text available from PubMed Central: PMC3072014.