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Espondilitis anquilosante

Otros nombres: Espondilitis reumatoide
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Introducción

¿Qué es la espondilitis anquilosante?

La espondilitis anquilosante es un tipo de artritis de la columna vertebral. Provoca inflamación entre las vértebras (los huesos que forman la columna vertebral) y las articulaciones entre la columna y la pelvis. La inflamación de la espondilitis anquilosante puede causar rigidez y dificultar el movimiento y la flexión.

Los síntomas de la espondilitis anquilosante pueden variar desde dolor de espalda leve a intenso. Con el tiempo, la afección puede fusionar (unir) las vértebras, limitando el movimiento y causando una postura encorvada. En algunas personas, puede afectar otras articulaciones o partes del cuerpo.

La espondilitis anquilosante no tiene cura, pero el tratamiento temprano puede ayudar a controlar los síntomas, retrasar la enfermedad y ayudarle a llevar una vida más productiva.

¿Quién tiene más probabilidades de tener espondilitis anquilosante?

La espondilitis anquilosante suele comenzar antes de los 45 años. Los primeros síntomas pueden aparecer entre los 15 y los 30 años. La probabilidad de desarrollarla también puede aumentar si:

  • Es hombre: La espondilitis anquilosante es más común y grave en los hombres
  • Tiene antecedentes familiares: Si un miembro de su familia la tiene, es más probable que desarrolle la enfermedad
  • Tiene otras afecciones médicas que pueden aumentar el riesgo de desarrollar espondilitis anquilosante: Estas incluyen la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa o la psoriasis

¿Qué causa la espondilitis anquilosante?

No se conoce la causa de la espondilitis anquilosante, pero es probable que el medio ambiente y los genes desempeñen un papel. Sus genes son partes del ADN de sus células que se transmiten de sus padres. Ciertos genes pueden aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad, pero no todas las personas con estos genes desarrollan la afección.

¿Cuáles son los síntomas de la espondilitis anquilosante?

La espondilitis anquilosante afecta a las personas de manera diferente. El síntoma más común es el dolor y la rigidez en la zona lumbar o las caderas. El dolor suele empeorar durante la noche o después de estar sentado por mucho tiempo.

Con el tiempo, la espondilitis anquilosante puede avanzar a otras áreas de la columna o del cuerpo. Los síntomas pueden depender de las zonas afectadas por la enfermedad. Algunas personas tienen síntomas que aparecen y desaparecen. Otras pueden tener un dolor intenso y continuo.

Otros síntomas de la espondilitis anquilosante pueden incluir:

  • Dolor, rigidez e inflamación de las articulaciones
  • Problemas para respirar profundamente. Esto puede ocurrir si se ven afectadas las articulaciones que conectan las costillas
  • Cambios en la visión
  • Fatiga
  • Pérdida de apetito
  • Pérdida de peso
  • Erupciones de la piel, como psoriasis
  • Dolor abdominal y heces blandas

¿Cómo se diagnostica la espondilitis anquilosante?

No existe una única prueba para la espondilitis anquilosante. Para saber si la tiene, su profesional de la salud puede:

  • Preguntarle sobre su historia clínica, incluyendo sus síntomas
  • Preguntarle sobre sus antecedentes médicos familiares, incluyendo parientes que hayan tenido espondilitis anquilosante
  • Realizarle un examen físico
  • Solicitar análisis de sangre o pruebas de diagnóstico por imágenes

¿Cuáles son los tratamientos para la espondilitis anquilosante?

La espondilitis anquilosante no tiene cura, pero el tratamiento puede ayudar a aliviar los síntomas, mantener la postura y retrasar la enfermedad. Dado que la espondilitis anquilosante puede afectar otras partes del cuerpo, es probable que trabaje con un equipo de profesionales de la salud para realizar pruebas, diagnóstico y atención.

En general, el tratamiento incluye medicamentos para ayudar a aliviar los síntomas y evitar que la enfermedad empeore, así como terapia física para mejorar la movilidad. Si la afección es grave, puede ser necesaria una cirugía.

Puede ayudar a controlar los síntomas si:

Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel

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La información disponible en este sitio no debe utilizarse como sustituto de atención médica o de la asesoría de un profesional médico. Hable con un profesional de la salud si tiene preguntas sobre su salud.