Cuando los niños comen más de lo que necesitan, sus cuerpos almacenan las calorías extras en adipocitos para usarlas como energía más tarde. Si sus cuerpos no necesitan esta energía almacenada, desarrollan más adipocitos y pueden llegar a tener sobrepeso o desarrollar obesidad.
No es un factor o comportamiento único lo que causa la obesidad. Esta es causada por muchas razones, incluyendo los hábitos de una persona, su estilo de vida y el ambiente. La genética y algunos problemas médicos también aumentan las probabilidades de una persona de desarrollar obesidad.
Hábitos y comportamientos aprendidos
Los bebés y los niños pequeños son muy buenos para escuchar las señales de hambre y llenura de sus cuerpos. Ellos dejarán de comer tan pronto como sus cuerpos les indiquen que han consumido lo suficiente. Pero, algunas veces, un padre bien intencionado les dice que tienen que terminar con todo lo que hay en su plato. Esto los fuerza a ignorar su llenura y a comer todo lo que les sirven.
La manera en la que comemos cuando somos niños puede afectar tremendamente nuestros comportamientos alimenticios como adultos. Cuando repetimos estos comportamientos durante muchos años, se vuelven hábitos. Estos afectan lo que comemos, cuándo y cuánto comemos.
Otros comportamientos aprendidos abarcan el uso del alimento para:
- Premiar buenos comportamientos
- Buscar consuelo cuando nos sentimos tristes
- Expresar amor
Estos hábitos aprendidos llevan a comer sin importar si tenemos hambre o estamos llenos. Muchas personas tienen gran dificultad para romper con estos hábitos.
Estilo de vida y ambiente
La familia, los amigos, las escuelas y los recursos de la comunidad en el ambiente de un niño refuerzan los hábitos de estilo de vida con respecto a la alimentación y la actividad.
Los niños están rodeados por muchas cosas que los pueden llevar fácilmente a comer en exceso y difícilmente a estar activos:
- Los padres tienen menos tiempo para planear y preparar comidas saludables. Como resultado, los niños están comiendo más alimentos procesados y comidas rápidas que por lo regular son menos saludables que las comidas preparadas en casa.
- Los niños ven hasta 10,000 anuncios de alimentos cada año. La mayoría de estos son para comida rápida, dulces, gaseosas y cereales azucarados.
- Actualmente, se procesan más alimentos ricos en grasa y que contienen demasiado azúcar.
- Las máquinas dispensadoras y las rapitiendas (minimercados) facilitan el hecho de tener un refrigerio rápido, pero muy pocas veces venden alimentos saludables.
- Comer en exceso es un hábito reforzado por restaurantes que anuncian alimentos ricos en calorías y tamaños de porciones grandes.
En el hogar
Si uno de los padres tiene sobrepeso al igual que una alimentación y hábitos de ejercicio deficientes, es probable que el niño adopte los mismos hábitos.
El tiempo de pantalla, como ver televisión, practicar juegos, enviar mensajes de texto y jugar en la computadora son actividades que requieren muy poca energía. Ellas pueden ocupar mucho tiempo y reemplazar la actividad física. Además, cuando los niños ven televisión, anhelan con frecuencia los refrigerios malsanos ricos en calorías que ven en los anuncios comerciales.
En la escuela
Las escuelas tienen un papel importante de enseñarle a los estudiantes acerca de las opciones de alimentos saludables y el ejercicio. Ahora muchas escuelas limitan los alimentos poco saludables en los almuerzos y dispensadores automáticos. También están animando a los estudiantes para que hagan más ejercicio.
En la comunidad
Tener una comunidad segura que apoye las actividades al aire libre en los parques o las actividades bajo techo en los centros comunitarios es importante para estimular la actividad física. Si uno de los padres siente que no es seguro permitirle a su hijo jugar afuera, es más probable que el niño realice actividades sedentarias en espacios interiores.
Trastornos alimentarios y obesidad en niños
El término trastornos alimenticios se refiere a un grupo de problemas médicos que tienen un enfoque malsano en comer, hacer dietas, bajar o subir de peso e imagen corporal. Ejemplos de trastornos alimenticios son:
La obesidad y los trastornos alimenticios con frecuencia ocurren al mismo tiempo en las adolescentes y adultos jóvenes que pueden estar infelices con su imagen corporal.
Factores genéticos
Algunos niños están en mayor riesgo de obesidad debido a factores genéticos. Ellos han heredado genes de sus padres que los llevan a que sus cuerpos suban de peso fácilmente. Este habría sido un muy buen rasgo hace cientos de años, cuando el alimento era difícil de encontrar y las personas eran muy activas. Hoy, sin embargo, esto puede funcionar en contra de las personas que tienen estos genes.
La genética no es la única causa de obesidad. Para desarrollar obesidad, los niños también deben consumir más calorías de las que necesitan para crecer y obtener energía.
La obesidad puede estar relacionada con trastornos genéticos poco frecuentes, como el síndrome de Prader-Willi. Este síndrome es una enfermedad que está presente desde el nacimiento (congénita). Es la causa genética más común de obesidad infantil grave y potencialmente mortal.
Factores médicos
Ciertas afecciones médicas, como trastornos hormonales o el hipotiroidismo, y ciertos medicamentos, como los esteroides o los anticonvulsivos, pueden aumentar el apetito de un niño, lo cual con el tiempo aumenta su riesgo de obesidad.
Nombres alternativos
Sobrepeso en niños - causas y riesgos
Referencias
Centers for Disease Control and Prevention website. Childhood obesity facts. www.cdc.gov/obesity/php/data-research/childhood-obesity-facts.html. Updated April 2, 2024. Accessed June 25, 2024.
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O'Connor EA, Evans CV, Burda BU, Walsh ES, Eder M, Lozano P. Screening for obesity and intervention for weight management in children and adolescents: evidence report and systematic review for the US Preventive Services Task Force. JAMA. 2017;317(23):2427-2444. PMID: 28632873 pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28632873/.
Ultima revisión 7/3/2022
Versión en inglés revisada por: Neil K. Kaneshiro, MD, MHA, Clinical Professor of Pediatrics, University of Washington School of Medicine, Seattle, WA. Also reviewed by David C. Dugdale, MD, Medical Director, Brenda Conaway, Editorial Director, and the A.D.A.M. Editorial team.
Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.